Que ya estaba bien, que la dejaran ir,una larga vida desgarrando atardeceres,
ahuyentando melaconlía, llamándola...
noches de fuego y estrellas,
que más, no puede dar,
tiempo sin cuerdas... sin cuerda,
que ni trastes quedan,
olvidada sin esquina si quiera,
con el alma seca como su madera.
que la dejen marchar...
ni una nota mas... se acabó.