Querido Rey Baltasar:
Esta carta es para su Majestad, se le olvidó pasar por casa, supongo que tendría sus motivos, pero el caso es que no pasó... sin acritud, tampoco me ha sorprendido, hay se quedaron sus polvorones y el trocito de turrón, si ya lo se... en los tiempos que corren es difícil mantener la ilusión y creer... pues que le voy a contar, prefiero no mentirle, la vida está como está y lo del espíritu navideño... dificil de digerir, hicimos lo indecible durante años... pero es imposible, no se puede creer a tiempo parcial, y menos en la buena intención de los que solo se acuerdan de la felicidad cuando lo dicta el Corte Inglés... Lo siento Majestad, pero este que fué su humilde súbdito se apea, se da de baja... vamos que no cuente conmigo para el año que viene, si quiere quedamos hallá por Junio o Julio que andaré con vacaciones y nos tomamos algo y charlamos de lo que ha cambiado la Navidad y de lo artificial que se nos ha vuelto todo...
...Majestad, tuve un momento en el que volví a creer.
Iluso de mi.